El 20 de enero, no de noviembre, es
el día de San Sebastián, patrón de la ciudad que me vio nacer. Ese día se celebra la fiesta más bonita, divertida e importante de los donostiarras. Sólo dura 24 horas. Hay veces que te gustaría que durase mucho más, pero así se vive intensamente y se disfruta todos los años con más ganas. Si no, siempre se pueden ralentizar los recuerdos.
Gora Donostia!
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